Un Gobierno sin virtud, un Gobierno pecador
Un Gobierno mentiroso, injusto, insolidario, lesivo, prepotente, y cruel
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El Gobierno de Mariano Rajoy puede tener muchas cualidades, pero virtud ninguna. El PP es un partido que desde sus orígenes se ha definido como cristiano, “al servicio de los intereses generales de España que tiene a la persona como eje de su acción política e institucional y el progreso social como uno de sus objetivos [y está] en contacto con la sociedad, se ocupa de atender las preocupaciones de las personas y las familias y propone soluciones a sus problemas reales [así como] defiende la dignidad del ser humano y los derechos y libertades que le son inherentes”.
Bien, esto es lo que está redactado en sus estatutos, pero si nos ponemos a analizar su actuación desde que llegó a la Moncloa, este Gobierno es antiestatutario puesto que ni vela por el progreso social, sino todo lo contrario, apuesta por el retroceso a tiempos franquistas, ni está en contacto con la sociedad ya que ni hace intención de escucharla, ni le importan las personas, y mucho menos defiende sus derechos, sus libertades y su dignidad. Pero no nos vamos a engañar, ellos redactan sus estatutos para infringirlos pues son para ellos no un referente sino una mera propaganda a través de la que venden la imagen que les conviene, no la que verdaderamente les retrata.
Aún así, parecía que, de todo lo que he extraído de sus estatutos, sólo en una cosa no mienten, pero sólo parece… ¿Por qué digo esto?, porque a pesar de lo que les encanta besar la mano del papa, lucir peineta y mantilla en celebraciones cristianas, y encomendarse a las vírgenes, les falta virtud y les sobran pecados. Analicemos virtudes que todo buen cristiano ha de tener.
Comencemos por la tolerancia (San Pablo a los Colosenses, 3:13). Ser tolerante es tener la capacidad de aceptar aquello que es diferente a uno mismo, de asumir esas diferencias, de aceptar aquello que desearíamos que fuera diferente, y precisamente este gobierno, nunca ha practicado tal tolerancia (salvo en los casos de corrupción dentro de sus filas). Ejemplo de ello, y hay muchos, es el continuo ataque al colectivo LGTB y el derecho a contraer matrimonio entre personas del mismo sexo.
Otras virtudes a destacar son la sinceridad (Evangelio de San Mateo, 5:37), la honradez (Eclesiastés, 5:34) y la humildad (Evangelio de San Marcos, 9:33), es decir, es ser franco y veraz, decir la verdad sin importar las consecuencias, es hacer lo que se prometió, cumplir el compromiso, y es decir y dar lo que debes y nunca para causar buena impresión. Para cotejar que Rajoy no tiene ninguna de las tres, recurramos a una de las míticas frases que dijo en campaña para ganar las elecciones y que recordaba este miércoles la diputada socialista Patricia Hernández en un artículo para elplural.com: “meteré la tijera a todo menos a pensiones, sanidad y educación”. Pues bien, mintieron, no cumplen con lo que prometieron a quienes les votaron y aún así, siguen mintiendo sin poder ser más prepotentes. Los recortes en educación ya son devastadores, el expolio de las pensiones ya ha empezado y de la sanidad… a continuación hablaremos. La actuación de este Gobierno es en sí una absoluta falta de respeto hacia esos ciudadanos que dicen considerar el eje central de su acción, no muestran consideración por ellos. Por cierto, otra virtud de la que carecen, el respeto (San Pablo a Timoteo, II 2:24-25).
Pero prosigamos con cuatro virtudes más: la compasión (Evangelio de San Mateo, 9:36), la consideración (San Pablo a los Efesios, 4:1), la generosidad (Evangelio de San Lucas 21:4) y justicia (Libro de los Proverbios, 8:10-11). La primera es comprender y preocuparse por aquellos que atraviesan un mal momento, es condolerse con el que sufre. La segunda es preocuparse de cómo va a afectar a los demás nuestros actos. La tercera es compartir, es querer compartir con los demás. Por último, la cuarta es ser imparcial en todo y defender los derechos de todos.
Para ejemplificar la falta de estas cuatro virtudes sólo es preciso recurrir a un Ministerio y las medidas que ha tomado hasta el momento: el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el Ministerio de la señora Mato. Cambió el modelo sanitario quitando la universalidad, destruyó las ayudas a la dependencia, implantó el copago en prótesis y en el transporte sanitario, hizo que los pensionistas, por primera vez, pagaran sus medicamentos, y ahora quieren que los enfermos crónicos paguen por vivir.
Este Gobierno, aún sabiendo que la asistencia sanitaria podía ser para todos, compartida (y, por supuesto, pagada mediante los impuestos como ya pagamos, no a través de seguros) por todos, abandonó la universalidad, negando un derecho sólo por cuestión de procedencia. Este Gobierno no se preocupó en cómo repercutiría a los pensionistas el pago de las prótesis, del transporte sanitario y de sus medicamentos con una pensión que estiran y estiran hasta más no poder para ayudar a su familia, haciéndoles elegir entre dar de comer a un nieto o una nueva prótesis o un medicamente necesario, es decir, o su salud. Porque ahora, no se van a preocupar de si es grave su dolencia o no, sino si es cara.
Es decir, este Gobierno no tiene consideración, ni generosidad, ni justicia, pero mucho menos, compasión, porque la última medida de la Ministra Mato (que bien podría llamarse la ministra que Mata) supone que se tenga que pagar para vivir, y esto sólo tiene un nombre: crueldad. Parecía que el Gobierno de Rajoy no podía ser más inhumano y miserable, pero sí, con esta nueva medida los pacientes crónicos como los enfermos de cáncer o hepatitis C pasarán a ser desahuciados por no poder pagar su medicación. No les importa las personas que sufren, de poco cristiano es querer hacer negocio con la vida de todos y todas y convertir a los pacientes en meros clientes. Esto no es precisamente condolerse con el que sufre, están negando, arrebatando de un plumazo, la sanidad a los que peor lo están pasando, esa sanidad y medicina que SU Dios prometía (2. Jeremías 33:6, Exodo 23:25 y 2Reyes 20:5).
En fin, ya sólo queda terminar con dos virtudes más: servicio (Evangelio de San Marcos, 10:45) y responsabilidad (San Pablo a los Romanos, 14:10). Un Gobierno responsable es aquel que hace las cosas tan bien como puede, estar dispuesto a dar cuentas de lo que hace y de lo que no, es cumplir con aquello en lo que te comprometes, un Gobierno responsable es también aquél que tiene vocación de servicio, que cree que las necesidades de los demás son tan importantes como las de uno mismo y las prevé para buscar el modo de satisfacerlas. Y por todo lo anterior, y eso que no hemos hablado de la corrupción dentro de las filas de su partido, está claro que el Gobierno de Rajoy no posee ninguna de estas virtudes. Es un Gobierno sin virtud, un gobierno pecador. Un Gobierno, mentiroso, injusto, insolidario, lesivo, prepotente, y cruel.